El 19 de enero del presente hubo unas jornadas en Madrid con el rimbombante título de “Nuevos Valores, Nuevos Liderazgos. Hacia el Reforzamiento de la Sociedad Civil”, al que asistieron algo así como 700 personas, entre, profesionales, ejecutivos ,empresarios…
A la que desde mi punto de vista se llegaron a conclusiones interesantísimas, como por ejemplo: “La Importancia de los Valores y la Ética para Liderar”.
A la que desde mi punto de vista se llegaron a conclusiones interesantísimas, como por ejemplo: “La Importancia de los Valores y la Ética para Liderar”.
Sé que para muchos extrapolar a los partidos políticos (y mas si son de izquierdas), las ideas de las empresas capitalistas es una aberración, pero al menos para los que seguís leyendo os comentaré que lo que se ha hecho es, quizás lo contrario.
Allí se oyeron cosas como que “para conseguir objetivos hace falta un soporte moral”, que “la crisis es consecuencia de la carencia de valores y la necesidad desarrollar nuevos líderes capaces de percatarse del problema antes de que se convierta en crisis”. Que “ejemplos como la burbuja inmobiliaria de Dubai nos indican que no hemos aprendido nada, que se sigue sin aplicar la prudencia, la templanza y el equilibrio y que todo sigue desmedido”. Y lo que para mí es mas importante “Los líderes deben aprender un nuevo idioma, el idioma del liderazgo. No mas de 200 palabras, entre las que se incluye, por supuesto la ética, algo que la sociedad civil demanda cada día más”.
Otra gran frase fue: “Es la hora de la solidaridad, de la promoción de la cultura de empresa. Es importante valorar la cultura del esfuerzo y de la toma de decisiones con derecho a equivocarse”.
O la del abogado Antonio Garrigues que dijo:”La ética tiene que ver con la integridad, que no es otra cosa que hacer lo que se debe hacer. Ha habido una ambición desmedida fruto de los procesos de crecimiento”.
A destacar también la observación del sociólogo Víctor Pérez : “Existe un espíritu localista en nuestra juventud y esto quiere decir que se hablan menos idiomas, se leen menos libros, existe una autocomplacencia y de esta forma no avanzamos”.
No puedo, por tanto, ante estas reflexiones extrapolarlo a la tan noticiada reconstrucción o refundación de la izquierda, donde lo que ha llegado a la sociedad, desde mi modesto punto de vista, es que en la izquierda hay una carencia total de liderazgo.
Quizás ha llegado el momento desde los partidos reales de izquierda de este país, sindicalistas y sindicatos aunar esfuerzos limar esperezas y construir un movimiento pedagógico que forme a los futuros líderes del movimiento obrero. No hay escuelas de negocios, pero si hay sindicatos y partidos, que pueden perfectamente formar a los líderes de mañana.
Se ha de tomar conciencia que el nuevo sistema global, el liberalismo, se ha aceptado en España, y prácticamente todo el planeta y esto, ha traído como consecuencia el debilitamiento y la pereza de los sindicatos, la desorganización de los partidos de izquierdas, el acomodamiento de los líderes de los sindicatos mayoritarios y de muchos políticos, que solo quieren su escaño o cartera…
Desde los partidos de izquierda hay que conseguir liderar a la masa de parados que ha crecido en España y llamar la atención sobre la tan cacareada flexibilidad laboral, que no es mas que el deterioro de las condiciones laborales.
No es normal que porque la espada de Damocles del “paro” esté sobre nuestras cabezas, los obreros hayamos asumido la inestabilidad, la inseguridad laboral, contrataciones en peores condiciones… y que por tanto nos vemos sometidos a la voluntad patronal y la renuncia a organizarnos con el fin de mejorar nuestras condiciones.
Hay una clara disminución, aunque yo me atrevería a decir que es nula conciencia organizativa en la clase obrera española. Lo cual ha dejado a los trabajadores indefensos. Quizás es el momento que desde los sindicatos mayoritarios y no tan mayoritarios, los partidos de izquierdas o que pregonan a los cuatro vientos que son de izquierdas, hagan autocrítica y asuman su gran culpa
Igual que hace una semana los empresarios decían que es momento de volver a los valores y que que es momento de nuevos comportamientos; desde la izquierda real se debe devolver los valores al mundo del trabajo:
¿Cuándo dejamos de ser trabajadores para convertirnos en consumidores?
¿Porqué se ha perdido “el orgullo” de los que Vendemos la Fuerza de Nuestro Trabajo?.
Es como si, desde que el trabajador tiene acceso a ciertos bienes de consumo o tengamos el "poder de elección"entre una gran oferta de bienes, que nos coloca en el estado irreal de bienestar, o que nuestros hijos vayan al colegio, o que tengamos acceso a una gran oferta "informtiva",..., sea causa suficiente para que demos por terminado el conflicto trabajo-capital, como se empeñan en convencernos los socialdemócratas y algunos sindicalistas.
Primando lo Individual sobre lo colectivo, se ha llegado a la despolitización de la ciudadanía, o a la politización de patio de colegio, donde todos son del Madrid o del Barça, (léase PP o PSOE) sin entrar en la calidad del juego, solo movidos por algo parecido al apasionamiento del hincha.
Hay que volver a retomar la calle, hay que volver a la cultura común y a la conciencia de clase que nos devuelva la consciencia de que somos capaces de transformar o de crear algo nuevo.
Para todo esto necesitamos líderes capaces de romper las barreras del sistema, porque por muy grande que sea el enemigo, no creo que los obreros seamos menos ni menos preparados que los que se organizaron para alcanzar derechos, que como sigamos así, acabaremos perdiendo.
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