Haciendo Apología de lo Evidente, mientras espero que Cualquier Noche Salga el Sol

martes, 14 de julio de 2009

El Derecho De Soñar



El día que nació mi hijo recorté del periódico, una entrevista a Immanuel Wallerstein en la que afirmaba que: "El capitalismo no existirá en 30 años".

Teniendo en cuenta de que se trataba del mismo sociólogo capaz de predecir en plena guerra fría la caída de la Unión Soviética y su bloque… Me pareció curioso y divertido guardar “la predicción” en un álbum de mi pequeñín.

De esto no hace ni un año. César tiene 5 meses y medio y, ya nadie habla del fin del capitalismo, se vende algún coche mas, sube la bolsa, sube el paro y el gobierno ve brotes verdes por todos lados… Ya, nadie habla de una reconversión de nuestro tejido productivo… ¿Dónde están esos profetas del apocalipsis que hablaban de cambios radicales y hasta, ya digo, del fin del capitalismo?.

Estarán tan escondidos, como aquellos economistas y empresarios que elogiaban por todas partes el sistema liberal y que eran de la opinión de que la economía se auto-regulaba y no hacía falta ningún tipo de intervención de organismo y mucho menos de gobierno.

Como digo, parecía que el apocalipsis, se avecinaba. Todo el orden económico, conocido hasta el momento, iba a desaparecer y en el horizonte se intuía un nuevo amanecer.

En los Estados Unidos de América se nacionalizaban bancos (cuando esto lo hacían otros, se les condena a los infiernos).

En España echábamos paladas de Euros a los bancos, para que… ¿para qué? Buena pregunta, la respuesta es sencilla, para salvar el sistema capitalista…Ah, claro, que de lo que se trata es de salvar a los de siempre y que repercuta sobre los de siempre… Caja Madrid presta pasta al Real Madrid, para que fiche a un tal Cristiano Ronaldo, mientras 3.059 empresas españolas han presentado un ERE hasta septiembre

Vaya… todo ha sido un sueño. Y la pirámide sigue en pié. El mundo no cambiará de base, y "los nada" seguiremos siendo nada, para sostener a los de la cúpula…
Pero que no decaiga el ánimo, Wallerstein habló de la desaparición del capitalismo de aquí a 30 años… y si no aún nos queda soñar… Soñar con algo nuevo, que si bien, yo, a lo peor no lo veo a lo mejor mi hijo si lo ve. El derecho de soñar, como dice Galeano:

Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.

Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura en los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron en 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.

Deliremos, pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies.

En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.

Los cocineros no creeerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.
La policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.

El aire estárá limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.

La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor.

El mundo ya no estará en guerra con los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás.

Una mujer, negra, será presidente de Brasil y otra mujer, negra, será presidente de los Estados Unidos de América. Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú.

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.

Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.

En Argentina, las locas de la Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar.

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.

La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés: El sexto mandamiento ordenará: "Festejarás el cuerpo". El noveno, que desconfía del deseo, lo declarará sagrado.

En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo.

Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.

La Iglesia también dictará un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al Señor: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte".

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.

La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla.

Todos los penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero.

Eduardo Galeano.

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