Hoy, en Pluma Ajena; "La Pasión sanitaria, según San Echániz", de Santos G. Monroy en
Gravedad Cero, columna de opinión de
Digital Castilla La Mancha:
Defiende el director de Digital Castilla la Mancha, Eusebio Cedena, a quien no me cansaré de encarecer, al menos hasta que me suba el sueldo y luego ya veremos, que el Gobierno de Cospedal adolece de falta de pedagogía política. Esto no va por buen camino, dice Cedena, con quien no puedo estar más de acuerdo, aunque por motivos diferentes, ya que mientras él espera la explicación, yo la desespero.
Hace tiempo que desespero la susodicha explicación, como los palurdos de Berlanga ante el balcón del alcalde, esa explicación que se nos debe y que nos van a dar porque nos deben esa explicación. Pero la explicación del Gobierno se pierde en el infinito bucle de los reproches al ex gobierno de Barreda, en los ataques furibundos a García-Page, y en un silencio que no deja de tener su poética nerudiana. Ese silencio del que calla porque está como ausente, y nos oye desde lejos, y nuestra voz no le toca…
Un incomprendido es lo que es, este Gobierno solitario, con su pena negra desde la cocina a la alcoba, este Gobierno de cáscara amarga que tiene que bajarse del Guindo y dar la explicación. Pero qué explicación ni que niño muerto, se preguntará más de uno en este Gobierno, si esto no hay quien lo explique; y si hubiere la tal explicación, ésta sería tan peregrina como las medidas del templo de Salomón…
¿Cómo explicar que para prosperar haya que despedir, y tajar, y recortar? Dirá el honesto político popular que se despide, taja y recorta porque lo pide el mandamás, pero sin entender mucho más. ¿Cómo asociar la prosperidad futura a la penuria presente? El problemón es que no hay explicación porque todo responde a las exigencias de quienes nos prestaron los cuartos y ahora quieren, más que explicación, una satisfacción. La explicación es que se junta el pan con las ganas, que España es carne de intervención, y que tenemos menos soberanía que cuando lo de Pepe Botella, el hermano de Napoleón.
Mejor, pues, que se ahorren la explicación, porque cuando se atreven a darla es para tratar al ciudadano como al mentecato de las bodas de Camacho, vendiendo como milagro lo que sólo es industria. Y ahí va el último ejemplo: estos días de Semana de Pasión se ha procedido al cierre de camas en algunos hospitales castellano-manchegos, como los de Ciudad Real y Puertollano (por no hablar de los despidos de médicos en grandes ciudades como Talavera de la Reina) porque los recortes sanitarios impiden contratar a personal que sustituya a quienes se van de vacaciones.
La explicación de la Consejería de Sanidad es que el cierre se ha debido a la "menor demanda de camas" durante la Semana Santa, la cual, como de todos es sabido, es tiempo de resucitados y milagreros. "¡Milagro, milagro, que los enfermos han sanado!", ha exclamado el consejero José Ignacio Echániz, ebrio de misticismo de capirote. Y así, con dos palmos de narices se han quedado usuarios y personal sanitario, a quienes les ha llegado el eco del consejero, sí, pero distorsionado burlonamente entre la tamborrada procesional: "¡Tontainas, tontainas, que a todos os la he colado!".
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